Hace poco menos de 1 año que nos conocemos. Me cayó bien desde el principio.
La primera impresión fue que era un chico callado, centrado y amable. Que sabía un montón de cosas de las que yo no tenía ni idea pero que increíblemente no presumía ni le importaba pasarse 1 hora haciendo de profe conmigo.
Durante este tiempo he descubierto a un niño grande, al que le gusta "chincharme" y hacerme reir; a un excelente compañero que nos ayuda a todos en cuanto nota que lo necesitamos; a un amigo observador y atento, que me ofrece su despacho para desahogarme si tengo ganas de llorar (o gritar o matar a mis jefes) o simplemente necesito estar sola y que se preocupa por mí como hace tiempo que nadie lo hacía.
Hoy era él el que me necesitaba a mí y espero haber sido de ayuda (al menos parece que ha sonreido un poco) y que se haya dado cuenta de que me tiene de apoyo.
Han pasado 11 meses y si él no estuviera allí sé que sería más difícil aguantar las (a veces) duras e interminables jornadas laborales. Sin sus emails irónicos o sus napolitanas para merendar, el trabajo no sería lo mismo.
Hoy parece que nuestra amistad se ha fortalecido y me alegro mucho, mucho, mucho de tenerlo como amigo.
viernes, 17 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
En cualquier circunstancia, es bonito encontrar un buen amigo; me alegro que estés felix por ello! Ahora a conservarlo :-)
Un beso!
Publicar un comentario