Falsas apariencias

¿Cómo es posible saber que la sonrisa que alguien te dirige, el abrazo que te da o las frases que te dice son realmente auténticas?

He descubierto algo que me ha entristecido mucho: ayer encontré por casualidad el blog de una de mis ex compañeras de piso y al mirar algunos de sus posts, entre risas, leí algo que me dolió mucho y no me esperaba.

No es nada del otro mundo, quizá un detalle sin importancia pero me ha hecho recapacitar y darme cuenta que nunca termino de conocer a la gente con la que me relaciono; sus sonrisas y sus aparentes gestos de complicidad y confianza mutua no lo son, sino que hay más falsedad y mentiras de las que pudiera imaginar.

Siempre he sido muy confiada; mi hermana mayor dice que es una virtud muy bonita pero yo lo considero un defecto tremendo y muy dañino, ya que la mayoría de veces conlleva disgustos y dolor. En cuanto cojo confianza con alguien (lo que suele pasar bastante rápido) me abro y le cuento mis cosas y me intereso por las suyas también. Pero pocas veces hay una verdadera reciprocidad.
No es que yo sea una cotilla y quiera saber los secretos íntimos de mis amigos pero sí me gusta que confíen realmente en mí y sepan que si les escucho, río o lloro con ellos, lo hago de corazón. Y me gusta pensar que ellos también lo hacen porque les nace pero... cada vez tengo más pruebas de que no es así.

La amistad implica preocupación por la otra persona, ganas de verla o de saber de ella: a veces, no hay tiempo para mucho y basta con un simple email, un saludo mediante el messenger o un sms; algo tan sencillo demuestra que te acuerdas del otro, que piensas en él y que quieres seguir "alimentando" la relación.

Últimamente siempre soy yo la que "tira del carro", la que llama, la que escribe, la que pregunta... Pero hay "amigos" que ni siquiera se molestan en devolver el "Hola" y esta actitud me duele profundamente, sobretodo si procede de alguien que aprecias de verdad y consideras especial.