¿Quién no ha pensado alguna vez cuál es la verdadera importancia de un beso?
Pero no en los dos besos "por compromiso" que se dan cuando te presentan a un desconocido, ni los que utilizas para saludar a tus amigos, ni siquiera los que das a cuando llegas a casa, te despides o vuelves de un viaje.
Hablo de besos de verdad: besos en los que se pone el alma, que transmiten todo lo que, muchas veces, somos incapaces de decir con palabras; besos llenos de ternura, pasión, complicidad y amor.

Todo lo que espero de tu vida,
es que me la regales por completo.
Que trepes de mis pies a mi cabeza,
que me quieras al revés...
Cuéntame verdades como puños,
no me mientas para bien o para mal.
Que me ruja aquí el océano en el pecho,
al averiguar si vienes o te vas.
Y que hacer con todo aquello con lo que no se da,
y que hacer con los "Te quiero" fabricados,
dejar que se despeñen de los labios,
o llenar con ellos pompas de jabón.
Hay besos, que se dan tan por costumbre,
que al final ya no se sabe
si son costumbre o son besos
pero los que tú me das,
son besos, y sólo besos,
porque aunque tú no lo sepas
te los robo cuando quiero,
te los robo cuando quiero.
1 comentario:
¡Cuántas veces habré pensado en eso mismo! en los 'besos al aire' tan insustanciales y que no transmiten absolutamente nada. Pero esos besos que equivalen a un 'perdóname', un 'estoy aquí', un 'te quiero'... no tienen precio porque los sientes en la piel, en el corazón y en el alma; aquellos que incluso te empañan la mirada.
Siento ser tan vehemente pero has destapado uno de mis puntos débiles: los besos. Mucha gente rehuye el contacto físico porque les incomoda (abrazos) pero los besos... ¡ay los besos! Esos nunca están de más y pueden arreglarte el día :)
Un beso ;)
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