Este mundo raro

La vida gira y gira, da muchas vueltas y nunca sabemos qué nos tocará.

Llevo meses esperando encontrar un buen trabajo, en el que me valoren y me sienta realizada. Parece que lo he encontrado (aunque aún no he tenido tiempo de comprobarlo).

Ya había tomado la decisión de aceptarlo, con todo lo que ello conlleva, ya que supondrá un gran cambio en mi vida: dejo Valencia (a pesar de que mi gran ilusión era quedarme aquí, todo apunta a que debo marcharme), empiezo de nuevo en el pueblo, con sensación de nostalgia, pérdida, incertidumbre y algo de miedo. (Es curioso porque me suelen gustar los cambios pero éste, en vez de un avance, más bien me parece un paso atrás.)

El caso es que el lunes digo sí a una empresa, y 1 hora más tarde me llama otra super importante, y encima, de Valencia. Lo gracioso del tema es que llevo más de 2 meses esperando que esta empresa se ponga en contacto conmigo.
Hoy he tenido la entrevista, ha ido genial y seguramente me dirán que sí me aceptan. Pero como ya me he comprometido con la primera empresa... pues me toca fastidiarme y apechugar.

Además, en el curso que estoy haciendo me encontré con un chico (se llama C) que conocí hace bastante tiempo y llevaba 2 años sin ver (me lo presentó una amiga, a la que le encanta hacer de celestina). El caso es que hasta entonces apenas había hablado con él pero estos días pasados me han servido para conocerlo mucho mejor y la verdad es que es una pasada de tío: inteligente, creativo, educado, divertido, culto, atractivo, con muchas cosas en común... Vamos, que si no fuera porque me voy, seguro que incluso podría hacerme olvidar a B (o al menos, yo intentaría que así fuera, con eso de que "un clavo saca a otro clavo...").

[Aprovecho aquí para contaros que B ni siquiera se ha molestado en preguntarme por lo de mi nuevo trabajo y hoy, que era el último día de clase, mientras que C me daba 2 besos a modo de despedida, me pedía mis datos para mantenernos en contacto y me deseaba mucha suerte en mi "nuevo camino", B prácticamente no me ha hablado en todo el día y ni se ha despedido. ¡Qué borde!]

Así que, aquí me tenéis, expectante e intentando saber cómo acabará todo esto.