viernes, 24 de abril de 2009

Tardes negras

Estoy en una fase de "sequía" emocional e intelectual: no rindo en el trabajo, no me centro, no me encuentro bien en ningún lado ni con nadie. No me apetece leer o escribir, ni salir, ni siquiera tirarme al sofá, comer dulces y ver películas. Ni siquiera la música me apacigua.
No sé con quién hablar ni cómo explicar esta sensación de estar vacía, hastiada y profundamente triste.
No sé qué me pasa... y no sé cómo solucionarlo.

Mientras, las horas pasan, los días se me hacen eternos y voy empequeñeciéndome cada vez más: dejando que caiga sobre mí el chaparrón de reproches maternos, la indiferencia familiar, las preguntas inquisitorias de los "amigos", las miradas burlonas y malintencionadas de conocidos, compañeros y demás personajillos ajenos a mi vida pero, en cambio, muy interesados en ella.

Además sé que me culpan a mí misma de mi actual situación (-Tú lo has provocado, soluciónatelo tú-). Todos quieren "oir y saber" pero no escuchar, entender ni ponerse en mi lugar.

jueves, 9 de abril de 2009

No te rindas

Hay momentos en los que parece que el mundo se nos viene encima, todo se ve negro y lejano... , entonces escuchas o lees algo que te hace recapacitar y te inyecta la fuerza necesaria para seguir disfrutando de la vida.
Hoy me han "regalado" este poema, lleno de verdad y optimismo y quiero compartirlo.

No te rindas, aún estás a tiempo
de abrazar la vida y comenzar de nuevo,
aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo.
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No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños,
abrir las esclusas, destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
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No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
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Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque yo te quiero,
porque existe el vino y el amor es cierto,
porque no hay herida que no cure el tiempo.
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Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
bajar el puente y cruzar el foso,
abandonar las murallas que te protegieron,
volver a la vida y aceptar el reto.
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Recuperar la risa, ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida, remontar los cielos.
.
No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.
.
Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque ésta es la hora y el mejor momento,
porque tienes alas y puedes hacerlo,
porque no estás sola y porque yo te quiero.