sábado, 30 de mayo de 2009

Hay besos

¿Quién no ha pensado alguna vez cuál es la verdadera importancia de un beso?
Pero no en los dos besos "por compromiso" que se dan cuando te presentan a un desconocido, ni los que utilizas para saludar a tus amigos, ni siquiera los que das a cuando llegas a casa, te despides o vuelves de un viaje.

Hablo de besos de verdad: besos en los que se pone el alma, que transmiten todo lo que, muchas veces, somos incapaces de decir con palabras; besos llenos de ternura, pasión, complicidad y amor.

Todo lo que espero de tu vida,
es que me la regales por completo.
Que trepes de mis pies a mi cabeza,
que me quieras al revés...

Cuéntame verdades como puños,
no me mientas para bien o para mal.
Que me ruja aquí el océano en el pecho,
al averiguar si vienes o te vas.

Y que hacer con todo aquello con lo que no se da,
y que hacer con los "Te quiero" fabricados,
dejar que se despeñen de los labios,
o llenar con ellos pompas de jabón.

Hay besos, que se dan tan por costumbre,
que al final ya no se sabe
si son costumbre o son besos
pero los que tú me das,
son besos, y sólo besos,
porque aunque tú no lo sepas
te los robo cuando quiero,
te los robo cuando quiero.


1 comentario:

cutrecina dijo...

¡Cuántas veces habré pensado en eso mismo! en los 'besos al aire' tan insustanciales y que no transmiten absolutamente nada. Pero esos besos que equivalen a un 'perdóname', un 'estoy aquí', un 'te quiero'... no tienen precio porque los sientes en la piel, en el corazón y en el alma; aquellos que incluso te empañan la mirada.

Siento ser tan vehemente pero has destapado uno de mis puntos débiles: los besos. Mucha gente rehuye el contacto físico porque les incomoda (abrazos) pero los besos... ¡ay los besos! Esos nunca están de más y pueden arreglarte el día :)

Un beso ;)